Hoy 2 de abril es el Día Mundial del Autismo, dedicado a concienciar sobre el Trastorno del Espectro Autista (TEA), una condición neurológica afecta a ∼1% (¹) de la población mundial.
Las personas autistas aprenden, piensan y se relacionan de manera diferente. Estas diferencias cognitivas les generan – como en todos los tipos de neurodivergencia (TDAH, Dislexia, etc.) – desafíos y fortalezas, tanto en sus rutinas diarias como en el trabajo.
Rasgos y síntomas del Autismo
El TEA afecta principalmente a la comunicación, la interacción social y la hipersensibilidad a los factores ambientales como la luz o los sonidos fuertes, por lo que muchas veces su comportamiento es juzgado e interpretado de forma errónea en las empresas, por ejemplo en los procesos de selección.
Facultades excepcionales
Sin embargo, este “cableado mental» diferente al resto les otorga también una perspectiva y un enfoque diferentes. Entre otras facultades las personas autistas tienen una gran capacidad para reconocer patrones y están muy orientadas a los detalles. Ven cosas donde otros no ven nada, lo cual es especialmente valorado en empresas de tecnología, ciberseguridad y análisis de datos(²).
Empresas neuroinclusivas
Algunas empresas comienzan a entender estas diferencias cognitivas como una ventaja competitiva y no como una dificultad. Pequeños ajustes en sus procesos y en su cultura generan grandes cambios positivos tanto en el bienestar de los empleados como en la productividad y la capacidad de innovación de la empresa. Como cualquier cambio todo comienza en la formación y en la concienciación.
La diferencia de pensamiento y la diversidad neurológica es una fuente de riqueza. Por eso empresas como Google, Microsoft o Lego tienen programas de neurodiversidad para atraer y retener a talento neurodivergente.
Vamos por el buen camino pero falta mucho recorrido.
Fuentes:
(1) World health organization (2023)
(2) Harvard Business Review Neurodiversity as a Competitive Advantage (2017)