Neurodiversidad: un desafío invisible

Invisibilidad neurodiversidad
Neurodiversidad

El concepto de neurodiversidad se utiliza para describir las diferencias en el funcionamiento del cerebro de las personas. Estas diferencias en el cerebro suponen desafíos en la rutina diaria y también en el trabajo. Sin embargo, también otorga superpoderes y fortalezas, la mayoría de las veces desaprovechadas por las empresas.

La neurodiversidad nos permite apreciar las diversas características sensoriales, neurológicas, comunicativas y sociales como parte natural del desarrollo humano.

Hay aproximadamente un 20% de la población que nace con importantes diferencias cognitivas respecto la mayoría. Sus cerebros están cableados de forma distinta por lo que comportan, piensan y aprenden de forma sustancialmente diferente. Hablamos de neurodivergentes, personas con TDAH, TEA, dislexia o discalculia, entre otras condiciones.

Neurodiversidad invisible en el entorno laboral

La neurodiversidad es una realidad que afecta a millones de personas en todo el mundo, aunque a menudo permanece invisible en el entorno laboral. Cómo ya indicado anteriormente, este concepto hace referencia a las variaciones naturales en el funcionamiento neurológico humano, incluyendo condiciones como el autismo, el TDAH, la dislexia, el síndrome de Tourette, entre otras. Si bien las personas neurodivergentes presentan un conjunto único de habilidades, también enfrentan desafíos que no siempre son evidentes para los demás. Estos desafíos invisibles pueden influir en su experiencia en el trabajo y la forma en que son percibidos en la sociedad.

La neurodiversidad como parte de la diversidad humana

La neurodiversidad se basa en la idea de que no existe una forma «correcta» de pensar, aprender o procesar la información. Así como valoramos la diversidad étnica, cultural y de género, también debemos reconocer y respetar la diversidad en la forma en que funcionan nuestros cerebros. Sin embargo, la mayoría de los entornos laborales están diseñados para quienes tienen un funcionamiento neurológico «típico», lo que deja a las personas neurodivergentes enfrentando barreras que otros no experimentan.

Desafíos invisibles

Uno de los mayores problemas de la neurodiversidad en el trabajo es que muchos de los desafíos no son visibles a simple vista. Estos pueden incluir dificultades con la interacción social, la organización o la gestión del tiempo, la sobrecarga sensorial, o la adaptación a cambios inesperados. Dado que estos problemas no son físicamente evidentes, a menudo son malinterpretados o pasados por alto, lo que genera frustración tanto para los empleados neurodivergentes como para sus compañeros.

Por ejemplo, una persona con TDAH puede tener dificultades para concentrarse en un entorno ruidoso o lleno de distracciones, pero esta lucha puede no ser comprendida por otros, quienes pueden interpretar erróneamente su comportamiento como falta de interés o motivación. De igual manera, una persona con autismo puede parecer distante o evitar las interacciones sociales, cuando en realidad está lidiando con una sobrecarga sensorial o simplemente procesando la información de manera diferente.

El estigma y la falta de comprensión

Debido a la falta de conocimiento sobre la neurodiversidad, las personas neurodivergentes a menudo enfrentan estigmas o prejuicios. Muchos empleados ocultan sus condiciones por temor a ser discriminados o malinterpretados. Este desafío invisible genera un ambiente donde las personas no pueden ser auténticas ni aprovechar plenamente sus talentos. La falta de acomodaciones adecuadas y de flexibilidad en el lugar de trabajo puede empeorar esta situación, afectando tanto la salud mental como el rendimiento.

La necesidad de adaptaciones y apoyo

Para superar estos desafíos, es crucial que los empleadores ofrezcan apoyo específico y adaptaciones razonables. Esto puede incluir flexibilidad en los horarios, permitir el teletrabajo, ajustar el entorno físico (como reducir los ruidos o proporcionar iluminación adecuada) o usar herramientas tecnológicas que ayuden a gestionar tareas y la comunicación.

Los entornos laborales inclusivos no solo benefician a las personas neurodivergentes, sino que también mejoran el bienestar y la productividad general de la organización. Aquellos empleadores que reconocen la neurodiversidad como un desafío invisible, pero abordable, pueden capitalizar los talentos únicos de este grupo, mejorando la innovación y la creatividad dentro de la empresa.

Beneficios de un entorno inclusivo

Crear un entorno inclusivo para la neurodiversidad es una inversión inteligente para las empresas. Numerosos estudios han demostrado que la inclusión de personas neurodivergentes mejora la diversidad cognitiva en el lugar de trabajo, lo que puede llevar a mejores soluciones y a un rendimiento más alto en los equipos. Además, un entorno inclusivo aumenta la satisfacción de los empleados y reduce la rotación de personal, lo que es beneficioso para todos.

La neurodiversidad es un desafío invisible en muchos entornos laborales, pero con las herramientas y la comprensión adecuadas, puede convertirse en una ventaja significativa. Al reconocer y abordar las barreras que enfrentan las personas neurodivergentes, las empresas no solo crearán un entorno más justo e inclusivo, sino que también fomentarán la innovación, la productividad y el bienestar general de sus equipos.


Referencias:

  • Armstrong, Thomas. The Power of Neurodiversity: Unleashing the Advantages of Your Differently Wired Brain. Da Capo Lifelong Books, 2011.
  • Austin, Robert D., y Gary P. Pisano. «Neurodiversity as a Competitive Advantage». Harvard Business Review, 2017.
  • Deloitte. «Embracing Neurodiversity in the Future of Work». Deloitte Insights, 2020.
  • National Autistic Society. «What Is Neurodiversity?» Autism.org.uk, 2021.

Sobre Neurodivergentes & Co.

En Neurodivergentes & Co queremos un mundo más inclusivo y amable con las personas neurodivergentes. Y queremos hacerlo a través de las empresas, acompañándolas en su camino hacia la creación de una cultura que entienda, valore y aproveche el rol de los neurodivergentes como agentes de cambio y su impacto positivo en la empresa.

¿Qué es la neurodiversidad?

La neurodiversidad es un término acuñado por la bióloga Judy Singer en 1998 que abraza la idea de que cada cerebro es único. No existe una  forma correcta de pensar, aprender y comportarse. La neurodiversidad fomenta la igualdad e inclusión. Reconoce y celebra las diferencias neurológicas, no las considera como déficits o enfermedades sino como fuente de diversidad y riqueza.

¿Qué es la neurodivergencia?

Los neurodivergentes son personas con diferencias cognitivas cuya forma de pensar, aprender, procesar la  información y relacionarse es sustancialmente distinta a la media de la población.  Estas diferencias les suponen desafíos en su rutina diaria y también en el trabajo. Sin embargo, también les otorga superpoderes y fortalezas, muchas veces desaprovechadas por la sociedad y las empresas. Entre las condiciones más destacadas de la neurodivergencia se encuentran: TEA (Trastorno Espectro Autista, TDAH, Dislexia, Discalculia, Dispraxia o ACI (Altas Capacidades Intelectuales)

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