El concepto de neurodiversidad ha ganado terreno en la sociedad en los últimos años. Se utiliza para describir las diferencias en el funcionamiento del cerebro de las personas. La neurodiversidad nos permite apreciar las diversas características sensoriales, neurológicas, comunicativas y sociales como parte natural del desarrollo humano.
Hay aproximadamente un 20% de la población que nace con importantes diferencias cognitivas respecto la mayoría. Sus cerebros están cableados de forma distinta por lo que comportan, piensan y aprenden de forma sustancialmente diferente. Hablamos de neurodivergentes, personas con TDAH, transtorno del espectro autista, dislexia o altas capacidades, entre otras condiciones.
Cada una de estas condiciones afecta a millones de personas en el mundo, con diferencias notables en su prevalencia según el género y la región geográfica.
Trastorno del Espectro Autista (TEA)
El TEA es una condición del neurodesarrollo caracterizada por dificultades en la comunicación social, intereses restringidos y comportamientos repetitivos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 1 de cada 100 niños en todo el mundo tiene un diagnóstico de autismo, lo que sugiere una prevalencia global del 1%. Sin embargo, algunas estimaciones, especialmente en países de ingresos altos como Estados Unidos, sitúan la prevalencia en alrededor de 1 de cada 44 niños, lo que refleja mejores herramientas de diagnóstico y una mayor conciencia sobre el autismo.
Aproximadamente un 2% de la población mundial se encuentra afectada.
Una tendencia interesante es la disparidad de género en los diagnósticos de TEA. Por cada niña diagnosticada con autismo, hay entre tres y cuatro niños diagnosticados. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que el autismo en las niñas podría estar subdiagnosticado debido a que los síntomas tienden a ser más sutiles, lo que dificulta el reconocimiento temprano.
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)
El TDAH es una de las condiciones neurodivergentes más comunes, caracterizada por un patrón persistente de inatención, hiperactividad e impulsividad. A nivel mundial, se estima que entre el 5% y el 7% de los niños en edad escolar tienen TDAH. En adultos, en países como Estados Unidos, la prevalencia reportada es más alta, alcanzando casi el 10% en algunos estudios, lo que se atribuye en parte a las diferencias en los criterios de diagnóstico y a la mayor sensibilización en torno al TDAH.
Aproximadamente un 5% de la población mundial se encuentra afectada.
Al igual que en el TEA, el TDAH presenta una diferencia de género significativa. Los niños tienen entre dos y tres veces más probabilidades de ser diagnosticados con TDAH que las niñas. Sin embargo, esto también podría reflejar un sesgo en el diagnóstico, ya que las niñas tienden a presentar más síntomas de inatención y menos síntomas de hiperactividad, lo que podría llevar a una menor identificación.
Dislexia
La dislexia es una dificultad de aprendizaje específica que afecta la capacidad para leer, escribir y, en algunos casos, entender el lenguaje escrito. A nivel mundial, se estima que entre el 5% y el 10% de la población tiene algún tipo de dislexia. Sin embargo, en muchos países, la falta de recursos y programas de detección temprana puede significar que muchas personas con dislexia no reciben un diagnóstico adecuado.
A diferencia del TEA y el TDAH, la prevalencia de dislexia parece ser relativamente equitativa entre hombres y mujeres. Sin embargo, algunas investigaciones sugieren que los niños tienen más probabilidades de ser diagnosticados debido a que sus dificultades de aprendizaje pueden ser más evidentes en el entorno escolar.
Dispraxia
La dispraxia, también conocida como Trastorno del Desarrollo de la Coordinación (TDC), afecta la planificación y ejecución de movimientos físicos, lo que resulta en dificultades con tareas motoras finas y gruesas. A nivel mundial, se estima que entre el 5% y el 6% de los niños tienen dispraxia, y los hombres son cuatro veces más propensos a recibir un diagnóstico en comparación con las mujeres.
Se calcula que la dispraxia afecta a entre el 5 y el 10% de la población, con una prevalencia mayor en hombres que en mujeres.
La dispraxia es a menudo menos conocida que otras condiciones neurodivergentes, lo que puede contribuir a su subdiagnóstico. Además, las investigaciones sobre esta condición suelen centrarse más en la infancia, aunque muchas personas continúan experimentando dificultades motoras en la edad adulta.
Diferencias de género y subdiagnóstico
Uno de los aspectos clave en la discusión sobre la neurodivergencia es la diferencia de género en los diagnósticos. Como se ha mencionado, los hombres tienden a ser diagnosticados con más frecuencia que las mujeres en condiciones como el TEA, el TDAH y la dispraxia. Parte de esta disparidad podría deberse a que los hombres presentan síntomas más evidentes o que las herramientas de diagnóstico están diseñadas en torno a cómo estas condiciones se manifiestan en los hombres. Las mujeres, por otro lado, a menudo desarrollan mecanismos de compensación más efectivos o presentan síntomas menos visibles, lo que contribuye a un diagnóstico tardío o erróneo.
Variaciones globales
La prevalencia varía significativamente entre países y regiones. Las diferencias en la atención sanitaria, la disponibilidad de recursos educativos, la sensibilización social y los métodos de diagnóstico influyen en las tasas de identificación y tratamiento. En países de ingresos bajos y medios, los niños con neurodivergencia a menudo no reciben diagnósticos adecuados debido a la falta de acceso a servicios de salud especializados.
Además, las barreras culturales pueden desempeñar un papel importante. En algunas culturas, la condición neurodivergente puede estar estigmatizada, lo que lleva a que las familias eviten buscar diagnósticos o tratamientos para sus hijos.
La neurodivergencia es una realidad que afecta a millones de personas en todo el mundo, con variaciones en su prevalencia según el género y la geografía. Mientras que el TEA, el TDAH, la dislexia y la dispraxia son condiciones comunes, muchas personas siguen sin ser diagnosticadas o mal diagnosticadas, especialmente las mujeres. A medida que la sociedad se vuelve más consciente de la neurodiversidad, es crucial mejorar el acceso a evaluaciones y apoyos adecuados, para que todas las personas puedan desarrollarse plenamente.
Fuentes:
- Organización Mundial de la Salud (OMS)
- American Psychiatric Association (APA)
- National Institute of Mental Health (NIMH)
- Autism Speaks
- European Dyslexia Association